La políticas ambientales en la Sierra Tarahumara han traído permisos de aprovechamiento forestal en tierras de comunidades indígenas provocando la tala ilegal. A pesar de las denuncias todo continúa.

Grupos criminales disputan territorio por control de la tala clandestina en la Sierra Tarahumara, desatando la violencia en los municipios de Bocoyna, Moris, Madera, Batopilas, Urique, Moris, Témoris, Temósachic y en más comunidades. La tala clandestina, el control de aserraderos que procesan madera y las negociaciones con empresas fabricadoras de muebles forman parte del conflicto que ha generado desplazamiento forzado y una degradación ambiental. Se busca que se garantizen medidas de seguridad y frenar la extracción de madera.