Colombia es uno de los países más peligrosos del mundo para los activistas contra el abuso corporativo, según un informe de una ONG
- Colombia es el segundo país más peligroso para los defensores de los derechos humanos que trabajan en cuestiones empresariales
- 181 ataques a defensores de los derechos humanos (DDH) centrados en las empresas entre 2015 y 2019, el 9% de todos los ataques a nivel mundial
- La mayoría de los ataques fueron asesinatos (72), amenazas de muerte u otro tipo de violencia
- El 44 % de los ataques fueron contra DDH que plantearon preocupaciones sobre AngloGold Ashanti, Big Group Salinas (BG Salinas), Cerrejón Coal (parte de Anglo American, BHP y Glencore), Ecopetrol o EPM.
Londres, Reino Unido - Colombia es uno de los países más peligrosos del mundo para los defensores de los derechos humanos que han expresado su preocupación por los abusos de las empresas, con 181 ataques en los últimos cinco años.
El hallazgo, en un informe publicado hoy por el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos (Business & Human Rights Resource Centre, BHRRC), representa el nueve por ciento de todos los ataques ocurridos en el mundo entre 2015 y 2019 -poniendo a Colombia en segundo lugar, después de Honduras*- y muestra que las empresas juegan un papel en la protección de los defensores de los derechos humanos (DDH) en Colombia contra esos ataques.
El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los defensores de los derechos humanos, Michel Forst, presentará las conclusiones de su misión a Colombia ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el 4 de marzo.
La economía de Colombia está dominada por industrias de uso intensivo de la tierra, como la minería, con importantes riesgos para los derechos humanos y el medio ambiente, lo que hace que el papel de los defensores de los derechos humanos sea fundamental.
Sin embargo, este análisis muestra que los defensores que tratan de prevenir o exponer los abusos de las empresas se han enfrentado a ataques concertados y a veces mortales.
La mayoría de las personas defensoras de los derechos humanos que fueron atacadas en Colombia eran líderes comunitarios, sindicalistas y personas afrocolombianas e indígenas.
Los asesinatos (72) fueron el tipo de ataque más común, seguido de las amenazas de muerte y las golpizas y otros actos de violencia. El 90 por ciento de los ataques estuvieron vinculados a cuatro sectores: la minería, los hidrocarburos, la agricultura y la ganadería, y las plantas hidroeléctricas y las represas.
El 44% de los 181 ataques fueron contra defensores de los derechos humanos que plantearon preocupaciones sobre estas cinco empresas: AngloGold Ashanti, Big Group Salinas (BG Salinas), Cerrejón Coal (parte de Anglo American, BHP y Glencore), Ecopetrol y EPM.
Esto no quiere decir que las empresas sean responsables de estos ataques, sólo que los DDH han sido atacados porque plantearon preocupaciones sobre esas actividades empresariales. Sin embargo, las empresas no operan en el vacío. Son conscientes - o deberían ser conscientes - de que los críticos de su negocio o industria están en peligro y deberían trabajar para prevenir y mitigar estos ataques, de acuerdo con los Principios Rectores de las Naciones Unidas.
Las conclusiones se basan en el análisis de la base de datos del BHRRC, de más de 2.000 ataques contra defensores de los derechos humanos centrados en las empresas, desde 2015.
La mayoría (76,5%) de los ataques en Colombia se produjeron en las zonas con mayor concentración de proyectos empresariales en los sectores más peligrosos (minería, hidrocarburos, agricultura y ganadería, e hidroeléctricas y represas). Es decir, los atentados no se producen en zonas marginales, sino en núcleos de gran actividad empresarial.
Phil Bloomer, Director Ejecutivo del BHRRC, dijo:
"Con una creciente inversión en sectores de riesgo para los defensores de los derechos de las personas y un alto nivel de ataques, el Gobierno colombiano debe actuar con mayor decisión para proteger a los defensores de los derechos centrándose en los daños causados por las empresas. Esto incluye a los líderes afrocolombianos, indígenas y otros líderes que deben poder expresar sus opiniones sin temor a represalias o ataques.
"Hay esfuerzos bienvenidos para proteger a los defensores de los derechos en Colombia. Pero mientras las políticas y declaraciones del gobierno prioricen la inversión más que la acción para proteger los derechos humanos y el medio ambiente es probable que los ataques continúen. Las empresas tienen un deber de cuidado reconocido internacionalmente para identificar y monitorear los riesgos y ataques a quienes denuncian los riesgos y daños en sus operaciones.
"Algunas empresas están comenzando a hablar en contra de esta violencia, pero es necesario hacer mucho más. Mientras tanto, el Gobierno debe abordar los incentivos económicos que alimentan esta situación, proporcionar orientación a las empresas y hacer que los autores rindan cuentas".
Michel Forst, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los defensores de los derechos humanos, dijo:
"La debilidad de las instituciones estatales, los grupos armados y las economías ilegales contribuyen a hacer de Colombia un lugar peligroso para los defensores de los derechos humanos. Pero lo que a menudo se pasa por alto en este análisis es el papel de las empresas legítimas en el agravamiento de los ataques a los defensores y el potencial de las empresas para contribuir de manera significativa a la protección de los defensores, incluyendo la creación de un entorno para la protección de los derechos humanos. La presente investigación deja claro este vínculo.
"Los defensores de los derechos humanos y las empresas ocupan un espacio compartido y se enfrentan a amenazas comunes. Las empresas pueden y deben actuar ahora para escuchar y atender las preocupaciones de los defensores de los derechos humanos, comprometerse a tener una tolerancia cero frente a la violencia contra ellos en sus cadenas de suministro y hablar en voz alta para proteger a los defensores cuando son atacados".
Contacto con los medios:
Adam Barnett, Business & Human Rights Resource Centre. Cel.: +44 7753 975769, Email: [email protected]
Notas para el editor:
* El primer país más peligroso fue Honduras, mientras que América Latina es la región con más ataques a nivel mundial. (Ver más aquí.)