El cambio climático es un imperativo de derechos humanos y la crisis climática exige una transición energética urgente e integral. Uno de los efectos más dramáticos de la crisis climática será la disminución del agua en las tierras tropicales y áridas. Sin embargo, una parte fundamental de la solución – las energías renovables – dependen en gran medida del proceso de extracción de minerales, lo que agrava la escasez de agua.
Las minas de cobre, cobalto, zinc, níquel y manganeso utilizan grandes cantidades de agua para el procesamiento del mineral, la supresión de polvo y el transporte de lodos, así como para su personal. La minería de litio, a menudo denominada "minería del agua", es el proceso minero que más agua consume y ha producido una importante controversia entre las comunidades afectadas.
Las denuncias registradas en el Monitor de Minerales de Transición del Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos ponen de manifiesto el modo en que las operaciones mineras de las empresas internacionales suponen una amenaza constante para este derecho. De las 276 denuncias sobre derechos humanos registradas, 106 (38 %) están relacionadas con el agua – una tendencia que irá en aumento a medida que se incremente la demanda de estos minerales para satisfacer la aceleración de la producción de tecnologías de energía renovable.
Estas denuncias se refieren a todo el globo; afectan a islas y desiertos, a países en desarrollo y Estados industrializados, al Sur Global y al Norte Global. No se trata de un problema específico de un mineral o de un país.
El acceso al agua de las comunidades indígenas
Las comunidades indígenas sufren en mayor medida los impactos ecológicos y sociales en ambos extremos de la cadena de suministro, desde los minerales de transición hasta los proyectos de energía renovable. Si no se pone remedio, estas violaciones continuarán agravando aún más las violaciones de derechos y las asimetrías de poder, con la consiguiente amenaza para la transición energética.
Los derechos de los pueblos indígenas: el desierto de Atacama
El desierto de Atacama es el lugar más seco de la tierra, en el que los medios de subsistencia de las comunidades indígenas que viven allí desde hace cientos o miles de años están amenazados por la extracción de litio, una actividad con un uso intensivo de agua. En la región se produce una de las formas de explotación minera que más agua consume del mundo, lo que hace peligrar los frágiles ecosistemas del desierto. No se trata de un simple recurso que se pueda explotar: muchas comunidades hablan de una conexión ancestral con el agua.
Las tecnologías de almacenamiento de energía como las baterías de los vehículos eléctricos, dependen del litio. Los salares ricos en minerales del Triángulo del Litio, que se extienden desde el desierto de Atacama y atraviesan las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile, contienen más de la mitad del litio del mundo. La región ha sido testigo de un importante número de denuncias de abusos por parte de empresas: el acceso al agua es ya un problema grave, como muestra el hecho de que una empresa, que está negociando con la Minera Exar, se haya visto obligada a transportar agua potable en camiones.
El proceso de extracción del litio de los salares tiene un costo reducido, pero requiere mucha agua: al extraer el agua del subsuelo, la salmuera se evapora gracias a la acción del sol del desierto y deja el litio en la superficie. En la región de Atacama, este proceso emplea aproximadamente 1,5 millones de litros de agua por tonelada métrica de carbonato de litio. Según los contratos mineros, la región espera exportar hasta 300 000 toneladas métricas de carbonato de litio al año.
En la vanguardia de las luchas por el acceso al agua en la región se encuentran los pueblos y las comunidades indígenas que han resistido a las empresas, como SQM en Chile y Sales de Jujuy en Argentina, a través de demandas y protestas. En diciembre de 2019, el Primer Tribunal Ambiental de Chile avaló una demanda presentada por las comunidades indígenas atacameñas sobre el uso de agua por parte de SQM, en la que sostenían que su programa de cumplimiento era "insuficiente" para lograr la modificación de los sistemas que habían causado la sobre extracción de salmuera rica en litio. En 2018, el Consejo de Pueblos Atacameños presentó un recurso de protección para anular el acuerdo alcanzado entre SQM y Corfo, ente del Ministerio de Desarrollo chileno, por no haber llevado a cabo una consulta a la población indígena, especialmente en relación con el uso intensivo de agua.
Estos problemas no son exclusivos del litio ni de América del Sur. La empresa Nornickel es uno de los mayores productores mundiales de níquel, utilizado en turbinas eólicas, paneles solares y vehículos eléctricos. Tesla ha recibido presiones de las comunidades indígenas de Rusia, que escribieron directamente a Elon Musk para pedirle que Tesla respete los derechos de los pueblos indígenas en su cadena de suministro, comprometiéndose a cortar las relaciones con su proveedor Norilsk Nickel (Nornickel) hasta que cumpla con las normas mínimas establecidas en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La empresa está relacionada con 14 denuncias de violaciones de los derechos humanos registradas en nuestra publicación, entre ellas, algunas relacionadas con los pueblos indígenas, la pérdida de medios de subsistencia, la contaminación del agua y la falta de obtención de consentimiento libre, previo e informado.
El Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos invitó a Tesla y Nornickel a responder a las denuncias. Las empresas no respondieron.
La contaminación del agua y la salud humana
La minería suele causar contaminación de las fuentes hídricas. El uso de zinc en las turbinas eólicas y en los paneles solares significa que su producción desempeñará un papel fundamental en la transición energética, aunque la mina de zinc McArthur River Zinc Mine (Australia), propiedad de Glencore, cuenta con un amplio historial de daños ecológicos y sociales. Según ha admitido la propia Glencore, será necesario realizar un seguimiento de la mina hasta el año 3037, es decir, 1000 años después de que se haya agotado su producción, debido a que la empresa no estimó correctamente la toxicidad de los residuos de la explotación. La consiguiente contaminación del agua impide cultivar, pescar o beber de su río ancestral a los pueblos Yanyuwa, Gudanji, Mara y Garawa, cuyas comunidades viven en el área colindante a la mina. La población de la zona denuncia impactos en la salud y un proceso de consulta previa insuficiente.
NT Borroloola Indígenas viajan a Glencore en Sydney, 2014. Crédito de la foto: Lock the Gate Alliance
En especial, existe una escasa información dirigida a la población local sobre la contaminación de las fuentes hídricas, que puede destruir sus medios de subsistencia y provocar consecuencias a largo plazo sobre la salud.
El cobre es uno de los principales minerales de transición, utilizado en vehículos eléctricos, paneles solares y tecnologías eólicas. Una sola turbina eólica puede contener hasta 4,7 toneladas de cobre. En una demanda recientemente resuelta, que presentó en 2015 un grupo de 1826 campesinos de Zambia contra Vedanta Resources se alegaba que la contaminación del agua de la mina de cobre de Nchanga había causado importantes daños a las tierras y a sus medios de subsistencia. Tal como lo describe un demandante:
"Solía ir al río Kafue a sacar agua y empecé a beberla como siempre. Vi que los peces habían muerto y flotaban en el río. Nos comimos el pescado y pronto empezamos a llorar por el dolor de estómago... Me desmayé y me llevaron al hospital. El diagnóstico fue que había bebido algo ácido que me había dañado el pecho y el intestino. Me dijeron que era un daño permanente... Aquí ha afectado de algún modo a todo el mundo."
A menudo, una denuncia relacionada con el agua comienza con algo que puede parecer poco importante –un vertido accidental o un uso puntual excesivo de una fuente de agua–, pero estos hechos suelen tener efectos considerables y duraderos en las comunidades.
¿Una transición rápida y justa?
Los impactos de los minerales de transición en el acceso al agua y el saneamiento, junto con las violaciones de los derechos tradicionales o de posesión sobre la tierra y el agua, hacen que muchas comunidades se pregunten si los objetivos económicos o climáticos prometidos se deben hacer a costa de su sacrificio. Con demasiada frecuencia, las comunidades no pueden acceder a los beneficios de la energía renovable a la que están destinados los minerales que se extraen de sus tierras.
Hasta que no se garantice la participación de las comunidades en el proceso de energía renovable, a través de acuerdos de acceso a los beneficios y de copropiedad o propiedad plena de éste, es probable que se produzca un aumento de la tensión, aunque las empresas y los gobiernos traten de ampliar rápidamente la producción y el consumo de estos minerales. La imprescindible transición justa hacia la energía renovable para combatir la crisis climática únicamente será posible si se respeta el derecho al agua y no se perjudica a las comunidades cuya supervivencia depende de ella.
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El Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos elabora el Monitor de Minerales de Transición (Transition Minerals Tracker) desde 2019, con apoyo de The 11th Hour Project y de la Fundación Ford. El Monitor investiga las actividades extractivas relacionadas con los minerales utilizados en las tecnologías de energía renovable y los vehículos eléctricos en todo el mundo.