Las personas defensoras de los derechos humanos (DDH) protegen a nuestras comunidades, derechos, recursos naturales y nuestro planeta común. Son líderes vitales del movimiento global por la justicia climática y una transición justa a economías verdes que plantean preocupaciones sobre los riesgos y daños asociados con las operaciones empresariales irresponsables y defienden soluciones sostenibles. Sin embargo, se enfrentan a riesgos intolerables. Tal como lo revelan nuestros datos, quienes impulsan la transición justa siguen siendo objeto de ataques sostenidos, dirigidos por el gobierno, las empresas y otros actores no estatales con violencia, intimidación, campañas de desprestigio y acoso judicial.

Nuestro análisis muestra que en 2021 ocurrieron ataques en todas las regiones del mundo y en casi todos los sectores empresariales. Principales hallazgos:

• De los 615 ataques que rastreamos en 2021, casi el 70% fue contra personas defensoras del clima, la tierra y los derechos ambientales.
• Los cinco sectores más peligrosos están relacionados con los recursos naturales.
• Se registraron 247 ataques en Asia y el Pacífico (40%) y 190 ataques en América Latina (30%); la mayoría de los ataques ocurrieron en India (49), seguidos de México (47) y Filipinas (44).
• 76 personas que defendían sus derechos contra operaciones empresariales dañinas fueron asesinadas y se registraron al menos 88 casos de amenazas de muerte e intimidación.
• El acoso judicial fue el tipo de ataque más común contra los/as DDH en 2021 (60%).

La protección de los derechos de los/as DDH y las libertades cívicas es esencial para impulsar el cambio hacia una transición justa hacia una economía de cero emisiones de carbono y un mundo más equitativo y sostenible; existe una creciente presión para que las empresas respeten los derechos humanos mientras que las leyes y regulaciones de diligencia debida en materia de derechos humanos siguen ganando espacio y los inversionistas se centran en los portafolios de medio ambiente, social y de gobernanza (ASG) de las empresas. La debida diligencia ambiental y de derechos humanos efectiva también se basa en la participación de los/as DDH, lo que ayuda tanto a las empresas como a los inversionistas a reducir sus riesgos y crear valor a largo plazo para todas las partes interesadas.