Alberto Rodríguez expresa que las autoridades cubanas...le dijeron que viajaría a trabajar a un astillero de Curacao. Rodríguez sostiene que durante los tres años siguientes fue un esclavo virtual junto a decenas de compatriotas suyos, que eran obligados a trabajar durante largas jornadas por centavos al día, en condiciones peligrosas. El hombre, que escapó en octubre del 2004 [junto con] otros dos...dijeron que sufrieron heridas de gravedad...Ahora, los tres cubanos han presentado una demanda ante los tribunales federales de Miami, en busca de una recompensa no determinada por los daños causados por Curacao Drydock Company Inc...En una declaración escrita...Curacao Drydock dijo que busca "mantener los máximos estándares alcanzables de hábitos de trabajo seguro" y que todo su personal está entrenado en políticas de seguridad...[y que] muchas de las alegaciones de la demanda están focalizadas en Cuba, no en la empresa.